Con una lectura de cartas se pueden hacer predicciones a semanas, meses e incluso años. Difiero en quién ha dicho que no. Otra cosa es que yo no recomiende hacer predicciones a largo plazo. Esto, porque el consultante se olvida de lo que le han dicho o no es capaz de hacer un contraste en condiciones porque ha perdido los datos de quién le leyó las cartas. Así no hay forma de confirmar la veracidad de una lectura de cartas.
También difiero en quién ha dicho que todo es modificable. Eso no es así, por cuestiones lógicas. Hay leyes físicas inamovibles que no cambiarán, por más que lo intentes, como la gravedad o las leyes que rigen la electricidad. Si te caes desde una altura considerable sufrirás daños y si metes los dedos mojados en un enchufe igual. Esos son hechos inamovibles. Que en el mundo esotérico se le llame destino da igual. Pero la idea en sí, habla de cosas que no podemos cambiar y que son una realidad.
Adicionalmente, hay otras tantas cosas que si se pueden modificar. Como la conducta, el cariño que sentimos por alguien y la actitud que tenemos con nuestros familiares o compañeros de trabajo. Las normas sociales son, en este caso, las más susceptibles de cambio. Aunque no faltan los cabeza dura que ni a palos cambian. Un tarotista debe ser capaz de detectar todas esas diferencias. Debe discernir aquello inamovible de lo que se puede cambiar. Luego, lo debe transmitir en su interpretación.
También difiero en quién ha dicho que todo es modificable. Eso no es así, por cuestiones lógicas. Hay leyes físicas inamovibles que no cambiarán, por más que lo intentes, como la gravedad o las leyes que rigen la electricidad. Si te caes desde una altura considerable sufrirás daños y si metes los dedos mojados en un enchufe igual. Esos son hechos inamovibles. Que en el mundo esotérico se le llame destino da igual. Pero la idea en sí, habla de cosas que no podemos cambiar y que son una realidad.
Adicionalmente, hay otras tantas cosas que si se pueden modificar. Como la conducta, el cariño que sentimos por alguien y la actitud que tenemos con nuestros familiares o compañeros de trabajo. Las normas sociales son, en este caso, las más susceptibles de cambio. Aunque no faltan los cabeza dura que ni a palos cambian. Un tarotista debe ser capaz de detectar todas esas diferencias. Debe discernir aquello inamovible de lo que se puede cambiar. Luego, lo debe transmitir en su interpretación.
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