(27-08-2015, 22:11 PM)Porunn escribió: Viendo estos canales de tv donde transmiten tarotistas que atienden por teléfono he visto alguno que le dice a la consultante: "a tí este hombre te sale por destino" o "esto que va a pasar es por destino".
La pregunta del millón es: ¿Qué carta o combinación de cartas te dice que un acontecimiento de la vida del consultante es "por destino"?
El comodín del destino: una reflexión sobre las almas gemelas
En ocasiones, cuando buscamos respuestas en el tarot, puede ser tentador recurrir a explicaciones simplistas, como la idea del "hombre por destino" o del alma gemela. Sin embargo, es importante reconocer que estas ideas, aunque románticas y atractivas, pueden ser un recurso fácil, una forma de llenar un vacío de conocimiento. El destino, en este contexto, se presenta como un comodín que evita profundizar en las complejidades de la vida y las relaciones.
Cuando una tarotista habla de un "hombre por destino", está, en muchos casos, eludiendo las dinámicas más sutiles y reales del amor, que incluyen el esfuerzo, el crecimiento y la construcción de una relación auténtica. Decir que alguien está destinado a ser tu alma gemela es una forma de ofrecer consuelo, pero también es una manera de no cuestionar más a fondo qué es lo que realmente hace que una relación funcione.
El verdadero destino no es una idealización donde todo se alinea perfectamente, ni es un cuento de hadas donde una persona perfecta aparece en el momento justo. El destino, en muchos casos, nos trae tanto lo que necesitamos para evolucionar como lo que no esperábamos, a veces incluso en forma de desafíos y pruebas. Pensar que el destino nos promete un hombre perfecto puede llevarnos a caer en la trampa de esperar algo que no requiere esfuerzo, cuando en realidad las relaciones profundas exigen trabajo, comunicación y aprendizaje mutuo.
Es importante recordar que el tarot, como cualquier otra herramienta, también pasa por modas. Hubo un tiempo en el que se hablaba mucho sobre viajes astrales y conexiones con seres fallecidos, y ahora, la teoría del "hombre por destino" es la corriente predominante. Esta tendencia, aunque útil en algunos casos para dar esperanza, puede ser limitada si se convierte en el único marco de referencia a la hora de entender el amor y las relaciones.
El verdadero trabajo del tarotista debe ir más allá de simplemente aplicar una etiqueta fácil como "destino". El tarot puede ayudarnos a ver las lecciones ocultas en nuestras relaciones ya entender que el amor no siempre es un camino predefinido. En lugar de un destino idealizado, podemos aprender a valorar el presente ya reconocer que el amor verdadero se forja a través del crecimiento mutuo, el compromiso y, sobre todo, la voluntad de caminar juntos.
Los tres Arcanos que más directamente se asocian al destino en el Tarot son:
La Rueda de la Fortuna (X): Este Arcano es el más evidente cuando hablamos de destino. Representa el cambio, los giros inesperados de la vida y el flujo continuo del tiempo. Nos recuerda que el destino está fuera de nuestro control en muchos aspectos, pero también señala que todo está interconectado, y que el ciclo de la vida puede traer tanto buenos como malos momentos. La rueda simboliza el destino como algo en constante movimiento, como si estuviéramos a merced de fuerzas mayores. Es el recordatorio de que el destino no es lineal ni predecible.
La Justicia (VIII): La Justicia nos habla de la equidad, el equilibrio y la retribución. En términos de destino, se interpreta como un recordatorio de que todo lo que ocurre tiene una razón y que, aunque a veces nos parezca que no hay justicia en el momento, todo se equilibra eventualmente. La Justicia representa un destino que está determinado por nuestras acciones pasadas, donde la causa y el efecto juegan un papel fundamental. En este sentido, el destino está vinculado a las decisiones y los karmas de cada quien.
El Juicio (XX): El Juicio es el Arcano que habla de la revelación y el despertar, a menudo vinculado a un cambio profundo o una nueva etapa en la vida. Representa la comprensión de nuestro propio destino, el momento en que entendemos las consecuencias de nuestras decisiones pasadas y cómo estas han influido en nuestro presente. Es la llamada de la conciencia, el momento en el que escuchamos nuestro destino y nos preparamos para lo que está por venir. El Juicio tiene que ver con la trascendencia y la transformación, tanto en lo personal como en lo espiritual.
Estos tres Arcanos muestran que el destino no es un concepto estático, sino que está influenciado por nuestras acciones, nuestras decisiones y el flujo inevitable de los ciclos de la vida. En resumen, aunque el destino pueda parecer algo fijo o predeterminado, estos Arcanos nos muestran que está en constante cambio y evolución, influenciado por el karma, las lecciones y los momentos de revelación.