Yo también he tenido sueños premonitorios. Un día soñé con que una persona se quería ir de su trabajo. Lo que era prácticamente imposible porque era el mejor trabajador de la empresa. Finalmente, después de meses y para sorpresa de muchos, se fue por su propio pie. Por cierto, yo no era amigo de esa persona y no tenía forma de saber lo que pensaba. Sueños lúcidos también he tenido.

Lo curioso es que Walmet habla de un sueño lúcido pero que, en cierto, punto no puede dirigir a su antojo.

Me ha ocurrido de forma puntual. Siempre me acuerdo de uno que me impresionó mucho, cuando apenas tenía catorce o quince años: llevaba mucho tiempo sin ver a una persona, soñé que me la encontraba en un sitio concreto, que no era el lugar donde la veía antes. El sitio se veía oscuro, además. Dos días después, de noche, la vi exactamente ahí. No fue un encuentro trascendental ni nada, pero me quedé como traspuesta de la impresión porque fue tal cual lo había soñado.