Por lo que estuve investigando la Magia Gris vendría a ser un término medio entre la Negra y la Blanca, algo que se mueve en un sutil equilibrio entre lo dañino y lo constructivo. Vamos, que ya el nombre tiene mucha lógica y no hay que darle muchas vueltas para entender el concepto.
Con respecto a si preguntar por otras personas distorsiona el libre albedrío creo que no es tan así, ya que el libre albedrío apunta al poder de decisión que tiene esa persona sobre la esfera privada que le compete, es decir, decisiones sobre su vida, con quién quiere estar a nivel amoroso o en qué sitio quiere trabajar. Intentar desviarle de las decisiones que esa persona ha tomado sería un intento de manipular su voluntad y ahí creo que sí habría un intento de violación al libre albedrío. Eso sí, dejando en claro que en realidad la violación del libre albedrío no se produce directamente por terceros [en primera instancia] sino por la debilidad energética que la misma persona tiene y que no le hace consciente de que está expuesto a manipulación energética. Es decir, una violación o distorsión del libre albedrío solo será efectiva si aparte de la influencia de terceros, la persona a quién se ataca o intenta manipular está débil y permite que tales movimientos le afecten.
Otra cosa es el aspecto público que la persona comparte con el resto y que vendría a configurar algo así como una base de datos colectiva en dónde se comparte información con toda la humanidad. Por ejemplo: vas por una calle muy transitada y otra persona te mira y analiza ¿Está violando tu libre albedrío? ¿Está distorsionando las decisiones que tú previamente ya has elegido? ¿Su mirada intenta influenciarte? Técnicamente no, primero porque el solo hecho de observarte no implica intento de manipulación y segundo porque está utilizando un campo de información abierto y expuesto del cual cualquiera puede echar mano [en rigor, cualquier persona en la calle puede mirarte libremente y tú también puedes hacer lo mismo]. Si se coartara esta libertad de mirar en sitios públicos o colectivos, todos tendríamos que andar con un venda en los ojos para no mirar al resto e invadir, teóricamente, su vida. Si alguien está fuera de tu casa [en la calle, lugar público] puede hacerte una fotografía, sin embargo esa misma persona no puede entrar en tu casa libremente para hacerte una foto. Con esto último quiero dar a entender que de la misma forma que en la vida de a pie, existen normas para diferenciar lo público de lo privado, así mismo debe de existir a nivel energético la misma regla, algo que cuadraría con el viejo axioma metafísico que dice: como es arriba es abajo. Es decir, si existen normas en una dimensión o realidad, estas misma normas existen también en el plano espiritual. Si existe una esfera pública y privada en la vida de a pie, también las debe haber en el mundo espiritual o en el campo de información que se utiliza para trabajar con las mancias. La clave, entonces, es saber qué parte de mi vida y energía es compartida y cual no, para así tomar conciencia de dónde existe o puede existir una violación del libre albedrío y dónde no. Esto permite diferenciar también los procedimientos de dudosa ética de los que están enmarcados dentro de la legalidad energética [por decirlo de alguna forma]. En ese sentido lo que marca la diferencia entre lo legal y no legal es el nivel de intervención en la vida del otro: observar a alguien no le influencia ni distorsiona su voluntad, pero meterse en su casa y obligarle a que haga otra cosa sí, esto último es lo que algunos llamarían Magia Negra.
Sea como sea, creo que es importante profundizar en estas cosas y entender que tenemos derecho a nuestra privacidad, pero también es importante saber que hay una parte de nuestra vida que es compartida con otros, ya sea en el ambito físico y cotidiano como en el aspecto energético o espiritual. Saber más sobre eso nos ayudará a entender mejor la dinámica de la magia, el libre albedrío y el límite entre la magia negra y la blanca.
Aclaro como siempre que este es mi punto de vista personal, eh.
Saludín.